Funcionarios para el servicio público. Funcionarios TIC para mejorar el servicio público.

La verdad es que estoy harto de que cada cierto tiempo los políticos de nuestro país, y cierta prensa muy partidaria de las privatizaciones, sostenida por cierto por lobbies y grupos empresariales que se suelen beneficiar de éstas, carguen las tintas sobre los funcionarios y echen mierda sobre nuestro colectivo.

Esta última semana dos me han sacado en concreto de mis casillas: Esperanza Aguirre y el diario económico Expansión.

Esperanza Aguirre nunca ha tenido mucho respeto por el colectivo de los funcionarios. Si por ella fuese, despedía a todos los empleados públicos de la Comunidad de Madrid, y contrataba empresas, que por otro lado son mucho más manipulables. Ya hemos hablado en entradas anteriores sobre cómo Esperanza Aguirre está reduciendo a mínimos la oferta de empleo público de la Comunidad de Madrid, y sobre cómo ha externalizado completamente la informática del gobierno regional, contratándola con empresas cárnicas. El motivo es "incrementar la productividad, porque los funcionarios son unos vagos". Vosotros, que conocéis el sector de las TIC sabéis perfectamente lo productivas que son las empresas cárnicas, caracterizadas por contratar becarios y exprimirlos al máximo.

Esta semana, la buena señora (que me recuerda cada vez más a Angela Channing) se ha columpiado diciendo que la culpa de que en Madrid no se esté aplicando la ley de dependencia la tienen los funcionarios, y que esto se solucionaría permitiendo que empresas privadas pudieran tramitar la concesión de ayudas, algo que por otra parte es una potestad pública que justifica la existencia de la condición de funcionario.

Recordemos que un funcionario tiene regimen de incompatibilidades, la obligación de abstenerse (o la posibilidad de ser recusado) cuando intervienen familiares, o cuando hay enemistad o amistad manifiesta con los interesados, etc. Además, un funcionario no puede ser despedido precisamente para que sea independiente del poder político, de tal forma que siempre prime el principio de legalidad y de interés público por los intereses partidistas de los políticos de turno.

No deja de ser curioso que Esperanza Aguirre quiera privatizar la tramitación de ayudas de la ley de dependencia por no haber suficientes funcionarios, cuando ella misma se encarga de que en su Administración cada vez haya menos funcionarios.

Pero como en épocas de crisis está bien visto cargar contra los funcionarios, sobre todo si eres un medio de comunicación económico, el diario Expansión ha lanzado una campaña antifuncionario con algunas perlas del tipo:
-Los funcionarios le cuestan 6000 euros de media al resto de familias españolas. Je, que gracia, y qué argumento más capcioso y tendencioso. Claro, los funcionarios no pagamos impuestos, ni trabajamos, somos una lacra para el resto.
-Pinchar la burbuja de los funcionarios.

Me gustaría saber que diría el periodista que ha firmado esto si un día sale a la calle y no funciona el trasporte público, ni el alumbrado, o si va a hacer un trámite presencial y nadie le atiende, o si trata de hacer el trámite por Internet y no funciona nada, si sus hijos vuelven del colegio sin dar clase porque no hay profesores, si va a urgencias médicas y nadie le atiende por falta de personal, si se produce un incendio y no acuden los bomberos, si tiene un accidente en carretera y nadie le atiende, etc.. Claro, los funcionarios como no hacemos nada....Y todos estos servicios públicos necesitan informáticos, abogados, contables, ingenieros, administrativos, etc. para poder funcionar.

Los funcionarios son empleados públicos que trabajan de cara a proporcionar un servicio público. Los funcionarios TIC tratamos de mejorar este servicio mediante la aplicación de las tecnologías de la información. No penséis que cuando aprobeis la oposición no trabajareis luego. Se trabaja, y mucho. Pero no tendreis que sufrir nunca más las condiciones laborales de las empresas que le gustan a Esperanza Aguirre.

Para finalizar, que nadie vaya a pensar que estas palabras son fruto de mi orientación política. No creo ni en unos ni en otros, o dicho de otro modo: todos nos van a decepcionar. El señor Jordi Sevilla, de la acera de enfrente a la de Esperanza Aguirre, ha hecho de la rebaja del sueldo de los funcionarios, y el que se acabe que tengan un puesto para toda la vida su cruzada personal. Esta última noticia es también de una demagogia supina. El muy iluso quería sacar pecho de que con el Estatuto Básico del Empleado Público que el impulsó iba a introducir el despido de los funcionarios que no trabajasen. Eso es una falacia como un castillo de grande. La remoción del puesto de trabajo de los funcionarios públicos existe desde siempre (la antigua Ley de Funcionarios Civiles del Estado, que viene de los tiempos del régimen franquista y de la que todavía existen varios artículos vigentes).


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